¿Nepotismo?

En una situación socioeconómica como la actual de España, cualquier medida del Gobierno debe ser adoptada con objetividad y sin dejar de recordar que “la mujer del Cesar debe ser honrada y parecerlo”. Así el Gobierno debe ser imparcial y parecerlo, defensor de los intereses generales y parecerlo, evitar los favores a los amigos y parecerlo, repartir los esfuerzos entre todos y  que parezcan repartidos.

Esta insistencia  se deriva de la noticia, que ha saltado a los medios públicos, de una reforma de los Registros de la Propiedad que elabora, el Ministro de Justicia, Sr. Ruiz Gallardón y que afecta nada más y nada menos que al Presidente de Gobierno y a dos de sus hermanos, todos ellos registradores.

Somos muchos los que no sabíamos nada de los hermanos, algunos sabíamos que Rajoy era Registrador de la Propiedad, pero no sabíamos que mantenía la “propiedad” del Registro de la Propiedad de Santa Pola, Alicante, y la mayoría ahora, nos enteramos de que la reforma prevista reduce el segundo registro de esa localidad, y se queda solo el suyo, el 1º.

Es decir que amplía su actividad y disminuye la competencia. Lo que al pueblo llano le huele a cuerno quemado y es aquí donde se entiende lo reiterado anteriormente. Lo necesario que es actuar desde el Gobierno de modo que todos pensemos que no es el nepotismo el que guía sus acciones.

Para ello podría ser una solución que el Sr. Rajoy dejara de tener en propiedad su plaza de Registrador en Santa Pola y que la ceda a otros que tengan más tiempo que él para atenderla.

Esta situación nace de unos privilegios que tienen los funcionarios respecto a los demás seres normales, que no es fácil entender ni aceptar. Si a un trabajador en el sector privado le dan una excedencia por cargo público, la empresa al readmitirle, lo hace manteniéndole la categoría, pero no el puesto, ya que tratará de ajustar al retornado a las disponibilidades de encaje del momento. Entre los funcionarios, incluidos los Registradores, se conserva la plaza en “propiedad” y cuando creíamos que un servidor público estaba para servir, nos encontramos con que el sistema le hacer ser “propietario” y pasa de servir, a ser servido.

Es preciso que el Gobierno aclare estas dudas y sobre todo que reforme la Administración para que no se repitan estas situaciones.