La realización, hace unas semanas, de un simposio en Barcelona con el tema “España
contra Cataluña” no ha merecido respuesta del Presidente de Gobierno Rajoy,
que sigue poniéndose "de perfil" ante el mayor problema que tiene ahora nuestro país.
Si además consideramos que
está siendo pagado con dinero público, la noticia nos hace pasar de la sorpresa
a la indignación y no tanto por lo que hagan los Mas y Junqueras, sino porque
se lo permitan los Rajoy y Montoro. Es decir por la inacción de
los responsables del Gobierno del Estado, que naturalmente incluye a Cataluña,
como viene siendo desde hace cientos de
años.
Como hay personas de buena
fe, que quizá crean que la frase tiene algún fundamento, haremos un breve
recordatorio de lo que España y Cataluña han hecho conjuntamente.
Desde 1715, fin de la guerra
de Sucesión con la implantación de los Borbones, Cataluña y los demás
territorios de la Corona de Aragón pudieron participar en las colonias de
América, que hasta entonces habían estado reservadas a los reinos de la Corona
de Castilla. Esto supuso un muy beneficioso impulso a las exportaciones
catalanas, en especial de los tejidos, que se mantuvieron con privilegios
frente a los mismos productos producidos en otros países europeos y
norteamericanos hasta la pérdida de Cuba. Pérdida que en parte se produjo por
la resistencia a no admitir las importaciones de tejidos desde los USA, reservando el mercado cubano para los tejidos
españoles, sobre todo catalanes, más caros para los compradores.
En la guerra de la Independencia,
los catalanes desde Gerona al Bruch, se batieron contra el invasor en la misma
forma que el resto de los españoles, con la suerte de no sufrir tantos daños
como otros territorios, o ciudades, en dicha guerra.
Las guerras carlistas, en
cambio, tuvieron escenario muy notable en Cataluña, con muchas afecciones en
pérdidas humanas y años de penuria, como fue también el caso de Navarra y
Vascongadas.
La industrialización se
produjo antes en Cataluña y a partir de la segunda mitad del Siglo XIX se
establecieron en España las Aduanas, con aranceles para proteger la producción
de bienes y mercancías industriales nacionales, que beneficiando a los
productores, castigaban a los consumidores, en su mayor parte de las regiones
rurales y agrícolas del interior y del Sur.
En el comienzo del siglo XX,
los movimientos obreros, anarquismo, etc, cobraron especial fuerza en Barcelona,
ya que había concentrada a su alrededor la mayor parte del crecimiento que las
protecciones arancelarias habían favorecido. Crecimiento que había atraído a
muchos compatriotas de las regiones más próximas, como Aragón y Levante.
La Dictadura de Primo de
Rivera, tan criticada por los nacionalistas, promovió la Exposición Universal
del 1929 con el palacio de Montjuic, las fuentes, el Pueblo Español, etc, y
sobre todo, les proporcionó la Zona Franca, que desde 1926 permitió el
desarrollo de empresas industriales en mayor medida aún. Esa singularidad aduanera
propició la creación de nuevas empresas, que después de la Guerra Civil se
intensificó, dando origen hace 60 años, por ejemplo, a la SEAT, empresa pública
de capital estatal que tuvo el monopolio de la fabricación de coches durante la
dictadura de Franco.
Entre 1950 y 1981 la
población de Barcelona dobló su tamaño con un crecimiento de 2,4 millones de
personas, aportadas desde todos los rincones de España, Andalucía, Galicia,
Castilla, Aragón Murcia, etc. De modo que hubo una enorme
aportación humana a la vez que una enorme aportación de capitales desde las
provincias agrícolas, a través de los coeficientes que las Cajas de Ahorros
debían invertir en sociedades calificadas como de inversión preferente.
La Instauración del régimen
constitucional además de dotar a Cataluña de un Estatuto generoso, ha seguido
aportando recursos muy considerables a la comunidad catalana y empresas
catalanas, como Gas Natural, han adquirido otras tan importantes como la
gallega FENOSA, o caso de REPSOL, antiguamente empresa de capital público
estatal, es ahora parte de la cartera industrial de la Caixa de Barcelona. Esta
misma entidad financiera se ha hecho con cinco cajas de ahorro entre las que se
encuentra la antigua Caja de Navarra, que podían haber tenido otro destino si
las voluntades políticas hubiesen sido contrarias. Otro ejemplo cercano es la
adquisición del Banco Guipúzcoano por el Banco de Sabadell, que ha determinado
el cambio a territorio catalán de la toma de decisiones de una muy importante
empresa de aquí.
Son muestras de lo que han hecho conjuntamente
España y Cataluña desde hace 300 años y que demuestran la falsedad de que haya
habido un enfrentamiento del resto de los españoles contra dicha región.