UN AÑO DESPUES CON ETA Y SIN LIBERTAD

Algunos periodistas, como D. Federico Quevedo, y algunos periódicos, se muestran contentos porque “Hace un año desapareció ETA” y lo publican así con alborozo y grandes titulares. Puede que su intención sea buena, pero el resultado es pésimo porque adormece y engaña a la opinión pública. Tenemos alguna experiencia en este asunto por los muchos años viviendo en el País Vasco y por haber sido algunos de nosotros cargos públicos, como concejales en Guipúzcoa, durante muchos años de asesinatos, secuestros y terrorismo. Por ello nos consideramos autorizados para expresar una opinión clara y rotunda. ETA sigue estando viva y sigue actuando. Lo hace cuando manda comunicados en apoyo de su brazo político BILDU o cuando actúa a través de sus presos, a los que controla en sus acciones y en sus declaraciones. Cuando no colabora con la Justicia para aclarar los cerca de 300 crímenes terroristas pendientes de aclaración, cuando no entrega las  armas ni los explosivos, cuando recibe con homenajes al asesino Bolinaga. Sigue actuando aunque de  diferente manera y ha dejado de matar porque, en sus cálculos, le resulta más conveniente que las pistolas callen ahora y que hablen sus políticos. Pero ni se arrepiente ni pide perdón. Su sombra permanece, como la mafia, y es sentida por todos los que vivimos en el País Vasco  y Navarra. Lo prueban los 35 ayuntamientos guipuzcoanos donde, en las pasadas elecciones municipales, el PNV no pudo presentar listas  con sus siglas en dichos pueblos por el temor de sus votantes a identificarse como tales. ¡Que decir  de los votantes del PP y del PSOE en esos mismos pueblos! No hay motivos por lo tanto para alegrarse de lo que no ha sucedido y en cuanto a la declaración de permanente interrupción de sus acciones terroristas, todos sabemos cuantas veces han cambiado de postura, encontrando siempre la justificación de su cambio en las culpas de los demás. Esta es la verdadera situación y no la que se pretende dar  por políticos interesados y periodistas desconocedores de la realidad vasca. Este miedo a ETA y su brazo político, BILDU,  ha movilizado un gran número de votos del PP y del PSOE en las pasadas elecciones hacia el PNV, como forma de voto útil.