miércoles, 9 de enero de 2013

¿Feliz? Año 2013

Ha comenzado el nuevo año y son muchos los que temen que la situación se va  a endurecer más aún. Los optimistas, confían en que a lo largo del año, las cosas mejoraran y que al final se ve la luz. Los pesimistas creen que la luz en el túnel es otro tren con el que vamos a chocar. Algunos datos son favorables, el equilibrio de la balanza comercial, la prima de riesgo contenida y bajando, pero el empleo no mejora. Hay sectores como el Turismo que ha batido record de actividad, sin que el empleo haya aumentado. O sea, se hace más con la misma, o menos, gente que antes. Hay quienes se benefician de esa mejora de productividad, que en principio es muy buena, pero se plantea la pregunta de si esos beneficios se declaran y pagan impuestos o si se van por el espacio de la economía sumergida y la evasión  de capitales.   Un poco de ayuda a la inversión a las empresas turísticas, con el control debido, supondría mejorar esa actividad y el empleo generado. No se ha hecho eso y más bien se les han puesto pegas, subida de tasas aéreas, impuesto municipal por huésped, etc. Es ejemplo adecuado la situación de Paradores donde una mala gestión, típica de empresa pública, ha hecho que se halle en graves pérdidas pese a ser un año de record de visitantes. La privatización de la gestión en esa empresa, como en muchas otras públicas es perentoria. En otra ramas  de la actividad que afectan más a nuestra región, las consecuencias de las caídas en el sector de la construcción o de la venta de automóviles nos alcanzan con retraso, pero con efectos duros, lo que supone que sufriremos más tiempo la crisis, ya que la empezamos a notar más tarde, y nos costará salir de ella. Cuando los efectos de la mejora de las exportaciones y menos compras del exterior, dejen reservas para mejorar el crédito a la inversión, empezarán a mejorar los sectores que arrastran a la economía vasca. Por eso pretender el aumento del consumo interno con un fondo de 600 M de € para gastar en Euskadi, es una quimera. ¿De donde sale ese dinero? ¿A quien se lo vamos a dar para gastar? Porque lo tendrán que devolver y en esas estamos ahora: Que no hay quien fíe. Esperemos que del esfuerzo hecho por las empresas privadas y, sobre todo, por las familias resulte una mejora de la situación para final del año 2013. Porque de la iniciativa gubernamental estatal de reducir las empresas públicas se puede esperar poco después de un año de inactividad. Sólo nueve empresas se han dado de baja por cinco que se han creado nuevas en el sector estatal. Lo mismo en el sector autonómico vasco, que anuncia reducción de organismos y de empresas públicas sin reducir personal (¿) Y todo lo que sea mantener el empleo público es como el PER, una forma de acallar voces, pero en absoluto es creación  de riqueza para repartir. Antes bien es un gasto social improductivo que hay que eliminar, dedicando ese ahorro a generar riqueza mediante empresas productivas, que generen empleo sano.

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