miércoles, 18 de abril de 2012

El Perdón

La  Hoja de Ruta para el final del terrorismo pasa por pervertir  varios conceptos; uno de ellos es el del Perdón.  Se pretende crear una opinión pública  que exija a las víctimas directas perdonen a sus agresores.  Cargando así sobre ellas la consecución de “ la paz” .     Pretenden confundir el concepto religioso del perdón con el que está reglado en el Derecho. Y la perversión consiste en mezclar la emoción individual con la razón de  la ley, que   es defensora de los valores sociales como vida, patrimonio, integridad física, etc.   El mecanismo legal del castigo es una respuesta social al quebranto de determinados bienes jurídicos protegidos. No hay nada emocional en ello. Ni el juez  puede compadecerse del delincuente,  ni la victima perdonar el castigo a su agresor. No les compete, porque ambos están bajo el Imperio de la Ley.   No caigamos en falsas retóricas de bondad, aceptando que lo de cumplir la ley tiene que ver sólo con las víctimas y sus verdugos. El Derecho “perdona” al delincuente cuando, cumplida la pena,  por ley se rehabilita y reinserta en la sociedad.     Asociación BASQUE SUMANDO para el Fomento de las Libertades Cívicas.

1 comentario:

  1. Benigno Bidegaray19 de abril de 2012, 0:41

    Teneis razón en Basque sumando diferenciando los dos conceptos de perdón. El social y legal, primordial para una sociedad de derechos, y el social y religioso en este caso cristiano y católico. Los "curas vascos" deberían haber sido los agentes de éste último tipo de perdón. Para decir a los vascos terroristas que matar no está bien,y que en todo caso perdonaran a los maketos por los agravios recibidos de ellos con su "invasión". No lo hicieron, ¿porqué?. Si están en pecado mortal por ello, que se confiesen con el Obispo. LA SOCIEDAD CIVIL necesita civilización, que solo se puede obtener a través del cumplimiento de la LEGALIDAD.Y afortunadamente la Democracia Española es un ejemplo universal. Y que se estudia su forma de llegar y consolidarse. Hasta La Pasionaria fué la Presidenta de las Cortes en su sesión inaugural, y Carrillo saludaba al Rey efusivamente. ¿Se acuerdan?

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