Los diarios de la región
insisten hasta el aburrimiento en este tema, sobre todo aquellos que tienen
conexiones con el mundo nacionalista, pero son también las emisoras de radio, de
TV y digítales los que repiten el sonsonete de la “ponencia de paz”.
Cuando se acepta hablar el
lenguaje de los contrarios, que está lleno de falsedades y de conceptos
mixtificados, se corre el grave riesgo de perder la partida desde el principio.
Porque si bien todos los
lenguajes tienen un mensaje subliminal: cuando las acepciones las impone la
izquierda abertzale, terrorista es patriota y preso político, terrorismo es violencia
de una clase pero hay otras más, los condenados y presos en cárceles son jóvenes
que hacen política, o como en este caso, la “ponencia de paz” es porque hay una
guerra entre dos bandos y ha llegado el momento de hacer la paz, para lo cual
una de las partes más interesadas e implicadas, Batasuna se pone de mediador,
con la aceptación de PSOE y de PNV.
Menos mal que el PP y UPYD
han denunciado la maniobra y no van a acudir, por ahora al menos en el caso del
PP.
Para quienes estamos aquí la
situación es muy clara. Ni estamos en guerra ni hay dos bandos. Hay una acción
criminal, y por ello perseguible por la ley, que pretende imponer su voluntad
sobre los demás y cuando advierten que por ese camino no llegarán a alcanzar sus
objetivos, cambian de estrategia y
deciden hablar de paz, para sacar réditos electorales y sacar a los culpables
de delitos de las cárceles.
Pues decimos a los Partidos
Políticos: llamen a las cosas por su nombre y hagan una Ponencia para el
repudio y la desaparición de ETA. Entonces estará justificada la presencia en
ella de todos los Partidos.
No llamar a las cosas por su nombre es correr un gran riesgo para los demócratas. En eso son maestros los proetarras de la Universidad que de esta forma contribuyen a la confusión y a que "todos somos iguales" para que no haya vencedores y vencidos
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