Al valorar su homilía en la
iglesia de Santa María el pasado día 15 de Agosto, fecha que se celebra la
festividad católica de la Asunción de la Virgen, lo primero que advertimos es
que el Prelado habló como un obispo católico, esto es universal, y no echamos
en falta las homilías de otros obispos anteriores, que más parecían “sólo para
vascos”.
Puso énfasis en el Sacramento
de la Confesión como base, según la doctrina católica, de reconciliación entre
los pecadores y Dios, pero también entre los ofensores y los ofendidos, en este
caso, las Víctimas. Lo cual es natural tratándose de un Obispo católico como
hemos dicho antes.
Las cinco condiciones de la
confesión: examen de conciencia, arrepentimiento, confesión (decir los pecados
al confesor), propósito de enmienda (acto de contricción) y cumplir la
penitencia (reparación del daño). Sobre todo el firme propósito de enmienda seguido
de la reparación, son condiciones básicas.
Es posible que como los
etarras y sus amigos se declaran marxistas y no católicos, esto les suene a "música celestial", pero a los que seguimos las directrices de la Iglesia nos
reconforta saber que no ha habido cambios en la doctrina y que no hay que
aceptar componendas ni engaños por muy adornados que los envuelvan, si no
cumplen las condiciones citadas.
Habrá muchas personas de bien que no se sientan vinculadas a la religión católica, pero creemos que ninguno estará en
desacuerdo con esta forma de plantear la obtención del perdón.
Una vez cumplidas esas
condiciones, el perdón les será concedido, y la Sociedad será generosa con
ellos. No los políticos que solamente son una parte de la sociedad y no la más
importante, sino toda la Sociedad.
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