martes, 8 de octubre de 2013

AÑO 2013, una ocasión perdida



El Segundo Centenario del asedio, incendio y saqueo de San Sebastián está pasando sin que sirva para hacer lo más importante: encarar el futuro, como lo afrontaron nuestros antepasados con ocasión de fecha tan dolorosa y memorable como fue 1813. Y es que las celebraciones oficiales municipales han tenido miras estrechas y de política de barrio.

Se ha tratado más de imputar errores y agravios al contrario político, que evitarlos para el futuro. Nos referimos especialmente al intento burdo y fracasado de hacer caer sobre un general español, Castaños, la culpa del incendio y saqueo. Pero ha sido más lamentable, por falta de interés del Alcalde Izaguirre Hortelano, de Bildu, y de las Autoridades, en general, el olvido de la conmemoración de la Jura de la Constitución que hiciera el Ayuntamiento, el 19 de Septiembre de 1813, en la iglesia de San Vicente.

Se hizo en este año y ese día, una celebración religiosa para recordar a los donostiarras muertos en la ocasión, una treintena, y para celebrar la reconstrucción de la Ciudad.

Dejando a salvo la buena voluntad de la organización, la Parroquia, echamos en falta un recuerdo cristiano para los más de 3.000 muertos que tuvieron los defensores  franceses y los atacantes, especialmente, ingleses y portugueses. Una ocasión adecuada para recordar que nos llamamos católicos porque nuestra fe engloba a todos y para haber planteado un perdón generoso y un recuerdo de concordia y paz.

Hoy que los cuatros países viven en armonía y son socios de un proyecto importantísimo como es la Unión Europea, hemos echado en falta el recuerdo hacia aquellos muertos que fueron cien veces más que los donostiarras. Ni siquiera sabemos donde fueron enterradas los 3.000, ¡tan gran número!, víctimas de la guerra, pues al fin y al cabo, al morir, también fueron víctimas, pese a que tenemos a gala buscar y encontrar fosas de pasadas conflictos. Ni hemos dedicado un recuerdo en el Cementerio de los Ingleses, de otra guerra diferente, por cierto, pero con muertos del mismo país, ni hemos invitado a franceses, portugueses e ingleses a la celebración del recuerdo, compartida y pacífica. Eso es el futuro.

Nos hemos quedado en nuestro "txoko", en nuestro barrio, cada vez más localistas, perdiendo la tradición europea y moderna de San Sebastián.

No queremos pasar por alto que si se trataba de recordar la reconstrucción de San Sebastián, se ha olvidado ¿deliberadamente? por el Alcalde, la celebración del 150 Aniversario del derribo de las murallas que, al ceder los espacios y materiales de las mismas, fue el mejor regalo que el Gobierno de España pudo hacer a San Sebastián. 


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