martes, 28 de enero de 2014

¿ESPAÑA CONTRA CATALUÑA?


La realización, hace unas semanas, de un simposio en Barcelona con el tema “España contra Cataluña” no ha merecido respuesta del Presidente de Gobierno Rajoy, que sigue poniéndose "de perfil" ante el mayor problema que tiene ahora nuestro país.

Si además consideramos que está siendo pagado con dinero público, la noticia nos hace pasar de la sorpresa a la indignación y no tanto por lo que hagan los Mas y Junqueras, sino porque se lo permitan los Rajoy y Montoro. Es decir por la inacción de los responsables del Gobierno del Estado, que naturalmente incluye a Cataluña, como viene siendo desde hace cientos de años.

Como hay personas de buena fe, que quizá crean que la frase tiene algún fundamento, haremos un breve recordatorio de lo que España y Cataluña han hecho conjuntamente.

Desde 1715, fin de la guerra de Sucesión con la implantación de los Borbones, Cataluña y los demás territorios de la Corona de Aragón pudieron participar en las colonias de América, que hasta entonces habían estado reservadas a los reinos de la Corona de Castilla. Esto supuso un muy beneficioso impulso a las exportaciones catalanas, en especial de los tejidos, que se mantuvieron con privilegios frente a los mismos productos producidos en otros países europeos y norteamericanos hasta la pérdida de Cuba. Pérdida que en parte se produjo por la resistencia a no admitir las importaciones de tejidos desde los USA, reservando el mercado cubano para los tejidos españoles, sobre todo catalanes, más caros para los compradores.

En la guerra de la Independencia, los catalanes desde Gerona al Bruch, se batieron contra el invasor en la misma forma que el resto de los españoles, con la suerte de no sufrir tantos daños como otros territorios, o ciudades, en dicha guerra.

Las guerras carlistas, en cambio, tuvieron escenario muy notable en Cataluña, con muchas afecciones en pérdidas humanas y años de penuria, como fue también el caso de Navarra y Vascongadas.

La industrialización se produjo antes en Cataluña y a partir de la segunda mitad del Siglo XIX se establecieron en España las Aduanas, con aranceles para proteger la producción de bienes y mercancías industriales nacionales, que beneficiando a los productores, castigaban a los consumidores, en su mayor parte de las regiones rurales y agrícolas del interior y del Sur.

En el comienzo del siglo XX, los movimientos obreros, anarquismo, etc, cobraron especial fuerza en Barcelona, ya que había concentrada a su alrededor la mayor parte del crecimiento que las protecciones arancelarias habían favorecido. Crecimiento que había atraído a muchos compatriotas de las regiones más próximas, como Aragón y Levante.  

La Dictadura de Primo de Rivera, tan criticada por los nacionalistas, promovió la Exposición Universal del 1929 con el palacio de Montjuic, las fuentes, el Pueblo Español, etc, y sobre todo, les proporcionó la Zona Franca, que desde 1926 permitió el desarrollo de empresas industriales en mayor medida aún. Esa singularidad aduanera propició la creación de nuevas empresas, que después de la Guerra Civil se intensificó, dando origen hace 60 años, por ejemplo, a la SEAT, empresa pública de capital estatal que tuvo el monopolio de la fabricación de coches durante la dictadura de Franco.

Entre 1950 y 1981 la población de Barcelona dobló su tamaño con un crecimiento de 2,4 millones de personas, aportadas desde todos los rincones de España, Andalucía, Galicia, Castilla, Aragón Murcia, etc. De modo que hubo una enorme aportación humana a la vez que una enorme aportación de capitales desde las provincias agrícolas, a través de los coeficientes que las Cajas de Ahorros debían invertir en sociedades calificadas como de inversión preferente.

La Instauración del régimen constitucional además de dotar a Cataluña de un Estatuto generoso, ha seguido aportando recursos muy considerables a la comunidad catalana y empresas catalanas, como Gas Natural, han adquirido otras tan importantes como la gallega FENOSA, o caso de REPSOL, antiguamente empresa de capital público estatal, es ahora parte de la cartera industrial de la Caixa de Barcelona. Esta misma entidad financiera se ha hecho con cinco cajas de ahorro entre las que se encuentra la antigua Caja de Navarra, que podían haber tenido otro destino si las voluntades políticas hubiesen sido contrarias. Otro ejemplo cercano es la adquisición del Banco Guipúzcoano por el Banco de Sabadell, que ha determinado el cambio a territorio catalán de la toma de decisiones de una muy importante empresa de aquí.


         Son muestras de lo que han hecho conjuntamente España y Cataluña desde hace 300 años y que demuestran la falsedad de que haya habido un enfrentamiento del resto de los españoles contra dicha región.

No hay comentarios:

Publicar un comentario